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BMW 507 de 1956 – Historia de una leyenda




Uno de los modelos más icónicos de BMW es el BMW 507, el cual ya se lanzó como un coche de lujo desde sus inicios destinado a celebridades y actores. Esto ha hecho que su precio actual de cotización vaya desde el millón y medio de dólares en un estado, digamos, bastante usado, hasta los dos millones y medio de dólares si el coche está en estado de concurso. También, como veremos, fue el responsable de que BMW entrara casi en bancarrota.

Pero no nos adelantemos e intentemos seguir el orden cronológico. Por tanto, no podemos hablar del BMW 507 sin hablar de Max Hoffman primero, puesto que no se puede concebir el uno sin el otro.


Max Hoffman, visionario y hombre de negocios


Nacido en Viena (Austria) en 1904, de madre católica y padre judio, creció en el taller de bicicletas de su padre lo cual le dio unas habilidades mecánicas sorprendentes. Pronto entró en el mundo de la competición haciéndose con un puesto en una escudería austríaca. Dejó la competición en 1934 y, más tarde, se mudó a París, ya que el clima con Alemania estaba yendo de mal en peor.

Al estallar la guerra huyó a Estados Unidos debido a que por su ascendencia judía estaba en la mira del nazismo. Llegó allí sin apenas dinero y fundó una pequeña fábrica de bisutería, la cual fue muy exitosa y le permitió reintroducirse nuevamente en el mundo de la automoción.

Al crecer, empezó a importar las principales marcas europeas a Estados Unidos y algunos de los modelos más icónicos de la historia del automovilismo se dieron gracias a él y a sus sugerencias. En su currículum tenemos modelos tan emblemáticos como:

  • Mercedes-Benz SL300 “Alas de gaviota”

  • Alfa Romeo Julietta Spider

  • Porsche 356 Speedster

  • BMW 507

En 1975 decidió retirarse, después de amasar una gran fortuna, vendiendo sus concesionarios a lo que hoy en día es BMW USA.

Murió el 9 de agosto de 1981 después de haberse ganado a pulso el estar en el Salón de la Fama del Automóvil.

Nacimiento de un mito

A mediados de los años 50, Max Hoffman convenció a BMW para que diseñara un rival digno del Mercedes-Benz SL300 “Alas de gaviota”. BMW encargó al Conde Albrecht von Goertz el diseño del “anti Mercedes” y, en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1955 se desveló el BMW 507 para admiración del público, comenzando su producción al año siguiente.

Se trataba de un Roadster de dos plazas con carrocería íntegramente en aluminio, lo que le daba un peso muy contenido para la época. El motor era un V8 de 3.200 cc, una versión mejorada del que se montaba en el Sedán 502. Disponía de dos carburadores de doble cuerpo y entregaba 150 caballos de potencia. Su caja era una ZF de cuatro velocidades y gracias a la buena relación peso/potencia la velocidad máxima estaba en unos 217 km/h y su aceleración de 0 a 100 km/h paraba el crono en 8,8 segundos.

El chasis, por su parte, era una versión recortada en unos cuarenta centímetros del usado en el BMW 503. Sobre él se asentaban la suspensión delantera independiente y la trasera de eje rígido y los frenos eran de tambor en las cuatro ruedas.


El error de Hoffman


Max Hoffman, como todos los grandes hombres de negocios de la historia, tuvo aciertos y errores. En el caso del BMW 507 su error se debió a una previsión equivocada ya que, según sus ideas, el 507 se vendería por 5.000 dólares con unas ventas de 5.000 unidades anuales.

No obstante, el tener que fabricar a mano un coche de aluminio complicó su producción e incrementó tanto los costes que, cuando finalmente se puso a la venta, el precio final fue de 9.000 dólares. Debido a ello, BMW empezó a perder dinero con cada unidad fabricada por lo que cuantas más fabricaba, más perdía, llevando a la marca al borde de la bancarrota.

Debido a su altísimo precio, sólo unos pocos afortunados pudieron hacerse con uno, como el caso de Elvis Presley el cual adquirió uno cuando realizó el servicio militar en Alemania y se lo trajo consigo de vuelta a Estados Unidos una vez finalizado. Más tarde, se lo regaló a la actriz Ursula Andress la cual lo conservó durante veinte años.

Al final, sólo se fabricaron 253 unidades del BMW 507 de las cuales se conservan, aproximadamente, el ochenta por ciento.



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